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jueves, 27 de agosto de 2009

Haina la ciudad de la contaminaciòn en la Repùblica Dominicana


Desde los cerros de Paraíso de Dios las chimeneas delatan un complejo industrial que se levanta imponente en las proximidades del mar Caribe dominicano. Una empresa tras otra, como en hileras, hasta sobrepasar el centenar.

Según estudios, la constelación de empresas, que fueron instaladas sin observar reglas ambientales, es la responsable de que Bajos de Haina esté catalogado como una de las diez localidades más contaminadas del mundo, según el Instituto Blacksmith, con sede en Nueva York.

Paraíso de Dios es sólo un barrio de Bajos de Haina, un municipio a unos 20 kilómetros al oeste de Santo Domingo, donde por 20 años operó una planta de reciclaje de baterías de automóviles, trasladada a otro lugar hace siete años, pero cuyos desechos continúan contaminando a niños y adultos.

El inicio de esta constelación de usinas se remonta a los años 70, cuando el gobierno empujó una ley de promoción industrial que favorecía el desarrollo del sector y, con esa pujanza, también llegó la contaminación hoy inmanejable.

El total de contaminantes emanados cada año por el complejo industrial es de 15.819 toneladas.

Entre los contaminantes que se arrojan al suelo, el estudio cita en orden de peligrosidad: plomo con 74,2 toneladas, cobre con 91,3 toneladas, y ácido sulfúrico con 412 toneladas.

Mientras, anualmente se vierten al agua 33.9 toneladas de ácido sulfúrico, 29,6 toneladas de ácido fosfórico, 4,5 toneladas de cloro y 10,2 toneladas de amonio.

"Dado que en el país existe un bajo nivel de información sobre la calidad ambiental, se hace necesario el levantamiento de datos y la realización de diagnósticos para determinar o identificar las fuentes de contaminación que afectan el entorno y las condiciones en que se encuentran los diferentes componentes del mismo", dice el estudio en la introducción.

Mientras en las recomendaciones sugiere "hacer obligatorio el reporte de las sustancias peligrosas de alta importancia ambiental o de salud, que sean usadas, manejadas, comercializadas o desechadas por las industrias del país.

Un estudio realizado en 2005 por la Academia de Ciencias de la República Dominicana indica que en Bajos de Haina, 93 por ciento de los enfermos son por asma, 83 por ciento por bronquitis, 69 por ciento por gripe, y 68 por ciento por infecciones diarreicas agudas.

El año pasado se atendieron en este centro asistencial más de 35.000 casos de afecciones pulmonares en menores de 14 años.

En Bajos de Haina habitan cerca de 90.000 personas y 32 por ciento de los hogares son pobres, según el informe "Focalización de la Pobreza en República Dominicana", elaborado por el secretariado (ministerio) Técnico de la Presidencia, a través de la Oficina Nacional de Planificación.

A las 15.819 toneladas de sustancias peligrosas generadas cada año por las industrias, hay que sumar los desechos urbanos e industriales.

Según la Academia de Ciencias, Bajos de Haina produce alrededor de 85 toneladas diarias de basura, arrojada en un vertedero a cielo abierto.

El cabildo (gobierno municipal) se siente impotente para controlar solo el complejo abanico de la contaminación de Bajos de Haina, por lo cual ha apelado a otros sectores públicos y privados para encararlo. Aun reconociendo la pesada carga, se proponen iniciar un nuevo inventario de la problemática en unos 90 días.

El costo del inventario es el equivalente a unos 2.500 dólares, de los cuales 160 serían aportados por el cabildo, y el resto por el gobierno central, según la propuesta sometida al municipio por un grupo de técnicos, que contempla un paquete de medidas tendientes a hacer frente a la contaminación.

La propuesta, titulada "Hacia Una Política de Gestión Ambiental Participativa", busca "desatar voluntades, investigaciones, acciones futuras de la vida municipal para la preservación de nuestro entorno, nuestra vida en salud y la preservación de los recursos naturales del planeta".

La Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales, aprobada en 2000, obliga a observar normas específicas cuando se instalan nuevas industrias. Por lo pronto, el daño está hecho y repararlo conllevará nadie sabe cuánto tiempo.


Fuente:http://www.diariodigital.com.do/?module=displaystory&story_id=13009&format=html

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